domingo, 6 de julio de 2008

ENSAYO FINAL






“EL TIPO DE PROFESOR QUE QUIERO SER”



Para comenzar este ensayo, quiero expresar que creo y siento que la vocación es, sin duda, una característica fundamental en cualquier profesional que quiera desempeñarse de una forma óptima (Quintiliano vio a la vocación personal como objetivo de la educación). Ya que si un profesor no tiene vocación se mostrará desmotivado, sin ganas de ir a trabajar, irritable y enojado, siendo por ende, un pésimo ejemplo para sus educandos, Por este motivo quiero, ante todo, ser una docente motivada y con real vocación por la educación, con ganas de levantarme cada día y dar todo de mí, lo que sea necesario para ejercer esta hermosa y noble profesión que he elegido para mi vida.

Deseo, por sobre todo, ser una educadora capaz de relacionarme en forma cálida con mis alumnos, reconociendo que cada niño tiene su unicidad, por lo cual cada uno es diferente al otro y se debe respetar su singularidad. Para ello debo ser una profesional muy observadora de cada uno, para llegar a conocer cada personalidad y así poder ajustar la educación a las particularidades de cada alumno (Esto coincide con el principio de la individualización descrito por José Luis Castillejo en su libro “Nuevas perspectivas en las ciencias de la Educación”).

La educación debe promover la capacidad del niño para experimentar, la capacidad de aprender a aprender. Por esto, quiero ser una profesora que lleve este ideal a la práctica, dándole oportunidades a los niños de que busquen su conocimiento, no presentándome como la única fuente del saber, sino que la labor del maestro es ser un contextualizador del saber, por lo que juntos podemos ser coparticipes en el aprendizaje y que es importante que cada alumno se de cuenta de sus avances, que se observe a sí mismo y se auto perciba, viendo cómo va progresando y qué aspectos debe mejorar. Autores como John Locke y John Dewey manifestaron la relevancia de la experiencia para el logro del conocimiento, presentando que la mejor forma de adquirir los conocimientos es haciendo.

Por otra parte, quiero como profesora de niños en su primera etapa de escolarización, ser un buen modelo para ellos, demostrándoles y entregándoles valores y hábitos, ya que el desarrollo de éstos es fundamental para avanzar en su crecimiento personal y social. Un buen profesor es aquel que inventa situaciones de conflicto moral, que plantea dilemas morales para que los alumnos desarrollen sus criterios propios. María Rosa Buxarrais, Profesora de la Facultad de Pedagogía de la Universidad de Barcelona, expresa que es una característica indispensable del perfil del profesorado, que el docente encarne valores. A su vez, el gran educador brasilero Paulo Freire, expresa que “La tarea fundamental de educadores y educadoras es vivir éticamente”, ya que se educa a través del ejemplo.

Asimismo deseo ser una buena líder educacional para mis educandos, cumplir mi rol de motivadora y estimuladora de logros y el proceso que conlleva a ellos, ya que los niños necesitan de un líder que los guíe, inste y ayude a encontrar su camino. El profesor debe ser el motor que mueva al grupo curso a alcanzar nuevas ganancias y beneficios en su vida, ya sea en el ámbito del conocimiento, como de la vida personal de cada uno.

Ambiciono impartir una educación entretenida para los niños, de fácil comprensión y ajustada a la realidad e intereses de éstos. Creo que un profesor debe idear su propia manera de enseñar, su estilo propio de desempeñarse e impartir conocimientos. Pienso que una forma entretenida de explicar los conocimientos, incluyendo juegos, actividades extra-programáticas y ejemplos que los niños efectivamente vean en su realidad cotidiana, hará que ellos se interesen aún más por aprender, que vean la educación como una oportunidad de aprender y hacer cosas nuevas y no como algo tedioso, aburrido y monótono. Este modelo de educación es el que intenta buscar la reforma educacional, en donde el aprendizaje está centrado en el alumno, que junto al profesor cumple un rol activo en el proceso.

El educador debe promover la autonomía de sus alumnos, la capacidad de éstos para autogobernarse, tomar decisiones y no depender de otros, y así ir ejerciendo la libertad. (Este es el principio de la Autonomía descrito por José Luis Castillejo en su libro “Nuevas perspectivas en las ciencias de la Educación). Como futura docente deseo seguir este principio antes descrito, ya que el profesor debe impulsar la autonomía de sus alumnos, de este manera a su vez desarrolla la responsabilidad de éstos, que podrán estar concientes de las repercusiones de sus decisiones y actos. Una manera de fomentar la autonomía es hacer despertar la curiosidad del niño, quien descubrirá cosas y situaciones nuevas a las cuales se adaptará. Si por el contrario, se coarta la curiosidad, se fomentará la dependencia.

Como proyecto de vida a futuro, deseo ejercer unos años para luego volver a estudiar, si bien un post grado o magíster en orientación, ya que siento la necesidad de estar en constante cercanía con el entorno social y familiar de los niños, factor tan relevante en los resultados educacionales. Perfeccionarse es una necesidad del profesor, porque éste debe estar siempre en constante proceso de cambio. Corresponde cambiar aquellas actitudes que en realidad es necesario mejorar o modificar, y que por lo general, son aquellas cualidades propias que más nos cuesta transformar. Deberá perfeccionarse porque las características y las demandas hacia los docentes van cambiando constantemente, ya que la sociedad cambia y, por ende, cambian sus necesidades y expectativas. Los tiempos cambian y evolucionan los requerimientos. José Joaquín Brunner, en su estudio del “Capital Humano en Chile”, manifiesta que el docente es quien tiene el mayor impacto sobre el aprendizaje de los alumnos y que el déficit e inefectividad de la docencia es una de las principales causas del bajo rendimiento escolar. Por ello creo que es muy importante estar en constante perfeccionamiento y capacitación, para estar acorde con las necesidades educativas de la actualidad y no ser un agente negativo para nuestros propios alumnos.

Para finalizar, mi mayor deseo es ser una buena educadora, que pueda cumplir con las características de un buen docente, que logre satisfacer las expectativas que mis superiores y los apoderados tenga de mí. Aspiro a ser una profesional capaz de conocer a cabalidad mi trabajo, poder tomar decisiones acertadas y lograr los objetivos planteados. Asimismo ser una persona cercana y un pilar para mis alumnos, que me vean más allá de una encargada de entregar conocimientos, si no como un integrante más de su entorno familiar.

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