10 de Octubre del 2007
El bajo rendimiento escolar y los problemas de conducta
El bajo rendimiento escolar y los problemas conductuales en nuestros hijos constituyen un enorme problema, no sólo para los mismos estudiantes sino también para los profesores.
“OPINIÓN EXPERTA”
Por la psicóloga Lorena Bravo C.
En general los niños que presentan dificultades en el rendimiento o en su conducta, poseen leves alteraciones o retrasos en alguna o algunas áreas del desarrollo, ya sea cognitiva, biológica o emocional, sin embargo, no cumplen con los criterios para ser clasificados dentro de alguna categoría diagnóstica como retardo, déficit atencional, trastorno del aprendizaje u otra. Es decir no hay una “enfermedad” asociada que explique sus dificultades escolares, y de esos niños son los que nos referiremos en este artículo, vale decir niños aparentemente sanos del punto de vista médico pero que presentan mal rendimiento escolar.
Es de suma importancia mencionar que un estudiante con bajo rendimiento escolar es un estudiante “de riesgo”, esto significa que aumenta en él la probabilidad de presentar alteraciones conductuales, alteraciones emocionales como disminución en la sensación de auto eficacia, agresividad producto de la frustración, disminución de la autoestima e incluso caer en conductas como la drogadicción, el alcoholismo y finalmente la deserción.
Paralelamente existen algunos factores de riesgo que, eventualmente potencian el problema y son proporcionados por el colegio. Por ejemplo: falta de recursos, falta de preparación por parte de los profesores en materias de manejo emocional de los niños, bajísimas compensaciones, cursos en extremo numerosos, etc.
Cuando un niño repite, no sólo es un fracaso del niño, sino de los padres y de todo el sistema educacional, por lo tanto estos tres sistemas están fallando y las intervenciones deben abordarlas a todos.
En cuanto al sistema educativo, existen además, variables que son muy importantes en los docentes, independiente de su preparación académica. Algunos estudios han determinado que aquellos profesores cuyo trato es amable y amoroso, que enseñan con ternura y sentido del humor tienen mejores respuestas por parte de sus alumnos quienes presentan mejores notas.
Son muchos los niños que presentando problemas de rendimiento escolar y de conducta, lamentablemente no son tratados. Esto no sólo genera problemas en el niño sino también en los profesores que muchas veces no saben como enfrentarlo. Se sienten sobrepasados. Al reconocer que ya no pueden manejar a un alumno, sienten como un propio fracaso en su calidad de docente u optan por culpar a la familia, entrando en un círculo vicioso que se orienta en buscar responsables, pero no en buscar la solución a ese problema específico.
¿QUE PODEMOS HACER?
Si bien no existen recetas universales, pues las diferencias individuales determinarán el tratamiento, es posible mencionar algunas generalidades.
* En primer lugar, hay que descartar inicialmente la presencia de algún trastorno de base, ya que determina el curso del tratamiento en la casa y en el colegio. Consultar con algún especialista en el tema nos aclara la causa y nos orienta en la formas de tratarlo.
* Es fundamental que los niños aprendan a desarrollar competencias en el área emocional, de esta forma propiciamos la buena conducta y el aprendizaje en el aula. Esto se traduce en aprender gradualmente habilidades para comprender, manejar y expresar las emociones en la vida, para relacionarse con los otros de manera adecuada, y adaptarnos a situaciones nuevas.
EN CASA
Lo ideal es que este trabajo comience en casa y desde pequeños, pero nunca es tarde… criar a nuestros hijos en el amor, dándoles el espacio para expresar sus emociones y enseñarles a hacerlo. ¿Pero cómo?... Si los padres dan el ejemplo de respeto y unión familiar, los niños aprendan a hacerlo. Los papás deberían ser capaces de producir confianza en los niños para que se acostumbren a dialogar de todos los temas, de manera abierta, profunda y sincera.
Los padres tenemos el deber de participar directamente en todos los aspectos de la vida de los niños, durante los primeros años es cuando podemos formar hábitos de estudio y, aunque resulte complejo dado el sistema de vida actual, el acompañar a los niños al menos hasta los 9/10 años en la realización de sus actividades escolares, aumenta la probabilidad que en los cursos posteriores se manejen con autonomía y responsabilidad.
Otro aspecto importante es el control de las diversas actividades. Por ejemplo la televisión, si bien puede en ocasiones llegar a ser educativa, debe ser controlada en tiempos y programas. Además, debiera ser un premio al cumplimiento previo de sus actividades diarias, si no es así, no hay TV o Nintendo o PC.
Inculcar desde pequeños el gusto por las actividades en común y de utilización del tiempo libre y a bajo costo: museos, zoológico, parques, andar en bicicleta, hacer deportes, cines, teatros, bibliotecas, clubes, deportes organizados, iglesias, etc. Esto les va mostrando el mundo y cómo relacionarse en estos diversos contextos, dándoles seguridad.
Muchas veces los padres desean compensar sus ausencias entregando regalos costosos regularmente pensando que de esa forma “hacen felices a sus hijos”, esto más que entregar felicidad entrega dos mensajes tremendamente nefastos, en primer lugar les muestra un mundo materialista en el cual el esfuerzo por obtener las recompensas no cuenta y por otra, les enseña a que lo material reemplaza el “estar” y eso es una falacia.
Los padres son los primeros responsables de la educación de los hijos. Si los padres no toman conciencia de este cambio necesario, les están exponiendo a que caigan en el actual común denominador de incultura, bajos sueldos, delincuencia, drogas, embarazos, cárcel, etc.
EN EL COLEGIO
La gestión que realiza el sistema escolar es de suma importancia en estas materias, si tomamos en cuenta que actualmente los niños permanecen casi 8 horas diarias en el colegio. La preparación de los profesores en el manejo de la dimensión afectiva les entrega las herramientas para enfrentar las alteraciones emocionales, de aprendizaje y conducta de los niños. Les permite entender y aceptar las diferencias individuales, otorgando en el colegio un espacio donde los niños se sientan contentos, aceptados e importantes. Estos sentimientos favorecerán el aprendizaje y, por ende, se mejorará paulatinamente su rendimiento.
Un estudio realizado el año 2002 por la Universidad Austral de Chile menciona diferentes designaciones diagnósticas para estos niños tal es el caso de “niño en riesgo de bajo rendimiento o de fracaso escolar”; “niño en desventaja”; “niño deprivado sociocultural y económicamente”; “niño con retraso maduracional”; “niño con trastorno del desarrollo”; “niño con problemas de aprendizaje”; “niño con trastornos de aprendizaje”; “niño con trastorno emocional”; “niño ansioso”; “niño hiperansioso”; “niño retraído”; “niño tímido”; “con trastorno conductual”, etc., sin embargo cualquiera sea la etiología aún cuando sea “no precisada claramente”, todos se comportan y rinden en la escuela de manera semejante.
ANÁLISIS
En este artículo, la psicóloga Lorena Bravo, nos muestra y analiza en profundidad, el gran problema del bajo rendimiento escolar y los problemas de conducta de los niños en nuestro país.
Nos hace darnos cuenta que muchas veces los niños son catalogados de enfermos, asignándoles alguna patología de base para justificar su bajo rendimiento o sus faltas en la conducta, sin basarse en argumentos científicos o médicos, básicamente para excusarse de la propia responsabilidad de dichos trastornos, entrando en un llamado “círculo vicioso” para buscar culpables y que no sirve para dar solución a este dilema.
Será una responsabilidad compartida entre el mismo niño, su familia y la escuela. Estas últimas deberán orientar y guiar al niño, alejándolo de las conductas que dificultan su progreso estudiantil y proporcionándole las herramientas necesarias para que logre éxito y se aleje de ese umbral “de riesgo” que lo puede llevar desde alteraciones en su conducta hasta la deserción escolar.
Papel fundamental será el desempeñado por el docente, quien más allá de su preparación académica, deberá tener aquellas condiciones vocacionales para brindar al niño un ambiente grato y de apoyo. Así coincide este artículo con el Principio de Individualización de José Luis Castillejos, quien postula que el excelente profesor será aquel capaz de comunicarse “cálidamente” con sus alumnos.
Además de plantear el problema y mostrar la situación actual, este análisis nos muestra alternativas y ejemplos de posibles soluciones para la problemática, demostrando (al igual que José Joaquín Brunner en su Informe “Capital Humano en Chile”) que la familia cumplirá el papel trascendental y será determinante para el éxito de los resultados en el logro escolar de los niños, ya que el entorno familiar es aquel encargado de guiar al niño y entregarle amor, valores y apoyo. Asimismo, al igual que Brunner, la psicóloga Bravo hace ver que el efecto escuela sigue siendo importante, decisivo en verdad; ya que aquellas escuelas efectivas, con profesores efectivos pueden llegar a compensar las desigualdades que procedan del entorno familiar.
Será de vital importancia, primero que nada, hacerse asesorar por especialistas que puedan descartar alguna enfermedad de base en el niño, para así programar su tratamiento con la familia y la escuela.
Se puede concluir que la familia y la escuela serán los grandes determinantes del logro escolar y que el papel del profesor es sin duda, fundamental, a la hora de intervenir y resolver problemas esta índole.
Lorena Santos Espinoza
Pedagogía Educación Básica vespertino
RUBRICAS/PUNTOS
Presento un texto que trata los temas desde una perspectiva educativa y es de mucho interés. (esto por que todos mis compañeros y compañeras están invitados a leer mis textos y comentarios)
5
Presento un texto que tiene una extensión mínima de al menos el equivalente en Word a 3 hojas de oficio. (el máximo no está regulado)
5
La presentación la he realizado de tal manera que sea de fácil lectura (respecto al color, tamaño y diseño de la letra) y se puede distinguir con claridad, en la presentación, el texto de mi análisis.
5
Le he incorporado al texto algunos gráficos o dibujos o fotografías alusivas al tema tratado, pues considero que esto invita a una lectura más amena y denota más interés por parte del o la autora del blog (y he incorporado mi propia fotografía)
4
Inicio mi análisis planteando como yo entiendo lo desarrollado por el autor (parafraseo)
5
Durante el análisis planteo con claridad mis planteamientos, críticas, puntos concordantes o discordantes con el autor/a.
5
Durante el análisis utilizo frecuentemente el recurso “citas de otros autores” para reforzar lo que he planteado yo, o algún punto que considero importante tratado por el autor del texto.
5
Las citas que utilizo son de diversas fuentes, tales como, otros autores buscados por mi, autores o ideas tratadas en clases, citas de presentaciones o disertaciones de mis compañeros, citas de artículos anteriores, etc.
5
Realizo en mi análisis aplicaciones o referencias a nuestra realidad educativa si es un texto extranjero, o a realidades educativas que yo he vivenciado para explicar con un sentido contextual el texto presentado.
4
En el último punto del análisis presento una síntesis de lo que he querido expresar, a modo de conclusión.
4
Mi suma total de puntos, según la suma parcial anterior, es de 47.…puntos.
La nota de mi autoevaluación es: 65.8